jueves, 14 de octubre de 2010

Immanuel Kant. Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785).

Immanuel Kant. Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785).

Ni en el mundo, ni, en general, tampoco fuera del mundo, es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan sólo una buena voluntad. El entendimiento, el gracejo, el juicio, o como quieran llamarse los talentos del espíritu; el valor, la decisión, la perseverancia en los propósitos, como cualidades del temperamento, son, sin duda, en muchos respectos, buenos y deseables; pero también pueden llegar a ser extraordinariamente malos y dañinos si la voluntad que ha de hacer uso de estos dones de la naturaleza, y cuya peculiar constitución se llama por eso carácter, no es buena. Lo mismo sucede con los dones de la fortuna. El poder, la riqueza, la honra, la salud misma y la completa satisfacción y el contento del propio estado, bajo el nombre de felicidad, dan valor, y tras él, a veces arrogancia, si no existe una buena voluntad que rectifique y acomode a un fin universal el influjo de esa felicidad y con él el principio de toda la acción; sin contar con que un espectador razonable e imparcial, al contemplar las ininterrumpidas bienandanzas de un ser que no ostenta el menor rasgo de una voluntad pura y buena, no podrá nunca tener satisfacción. Y así parece constituir la buena voluntad la indispensable condición que nos hace dignos de ser felices.
Algunas cualidades son incluso favorables a esa buena voluntad y pueden facilitar mucho su obra; pero, sin embargo, no tienen un valor interno absoluto, sino que siempre presuponen una buena voluntad que restringe la alta apreciación que solemos -con razón, por lo demás- tributarles y no nos permite considerarlas como absolutamente buenas. La mesura en las afecciones y pasiones, el dominio de sí mismo, la reflexión sobria, no son buenas solamente en muchos respectos, sino que hasta parecen constituir una parte del valor interior de la persona: sin embargo, están muy lejos de poder ser definidas como buenas sin restricción, aunque los antiguos las hayan apreciado así en absoluto. Pues sin los principios de una buena voluntad pueden llegar a ser harto malas; y la sangre fría de un malvado, no lo hace mucho más peligroso, sino mucho más despreciable inmediatamente a nuestros ojos de lo que sin eso pudiera ser considerado.
La buena voluntad no es buena por lo que efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto; es buena sólo por el querer, es decir, es buena en sí misma.
Considerada por sí misma es, sin comparación, muchísimo más valiosa que todo lo que por medio de ella pudiéramos verificar en provecho o gracia de alguna inclinación y, si se quiere, de la suma de todas las inclinaciones. Aún cuando por particulares enconos del azar o por la mezquindad de una naturaleza madrastra, le faltase por completo a esa voluntad la facultad de sacar adelante su propósito; si, a pesar de sus mayores esfuerzos, no pudiera llevar a cabo nada y sólo quedase la buena voluntad –no desde luego como un mero deseo, sino como el acopio de todos los medios que están en nuestro poder –, sería esa buena voluntad como una joya brillante por sí misma, como algo que en sí mismo posee su pleno valor. La utilidad o la esterilidad no pueden ni añadir ni quitar nada a ese valor.
Immanuel Kant. Fundamentación de la metafísica de las costumbres (Austral, Madrid, 1980).

Actividad: Leen individualmente y Analizan las características y el papel en ella del concepto de la buena voluntad. A continuación el docente explica el principio del deber en la ética kantiana y su relación con la buena voluntad.

4 comentarios:

  1. Allen W. Wood nos brinda una definición clara y distinta de buena voluntad. Observemos :

    "Voluntad es para Kant la razón práctica — esto es, la facultad de los principios que reconocen leyes, adoptan máximas, y derivan acciones de ellas (Ak 4:412). Una buena voluntad, entonces, es aquella facultad cuando adopta buenos principios y se propone actuar acordemente. Puede hacerlo cuando necesita constreñirse en orden de realizar la acción, pero también cuando no sea necesario, porque sus buenos principios están en una contingente armonía con las inclinaciones (deseos empíricos y no-morales). Una buena voluntad debe distinguirse de lo que Kant luego llamará una “voluntad absolutamente buena”, cuyo principio es el imperativo categórico o la ley moral misma (Ak 4:437-9, 444)[1]."
    Diego Diaz

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  2. lo que busca es la busca del bien por mediante la buenas acciones por medio de la buena voluntad
    "La buena voluntad, Un breve resumen sobre la ética de Kant, de tilde
    basándome en su “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres
    Para Kant la buena voluntad es buena, no por lo que efectúe, no por conseguir algún fin, sino que es bueno en sí misma.
    Para explicar esta cuestión, acudirá al concepto del deber.

    Por ello afirma: “una voluntad que obra por deber es una voluntad buena."

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  3. ''Una buena voluntad, como habremos notado, no actúa necesariamente por deber, concepto que Kant introduce para mostrar, por contraste, en qué consiste lo propiamente moral de las acciones buenas (Ak 4:397). ''
    La buena voluntad no es solamente hacer una acción para que salga bien sino que es el deber de hacer algo por otra persona y si sale bien o no, no es tan trascendente si sale bien sino que el solo hecho de tratar de ayudar a alguien eso es la buena voluntad

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  4. Bueno para iniciar este breve comentario, definiremos lo que es la buena voluntad, la buena voluntad es buena, no por lo que efectúe, no por conseguir algún fin, sino que es bueno en sí misma.

    Ahora tenemos la relación del deber con la buena voluntad, Por ello afirmo: “una voluntad que obra por deber es una voluntad buena"

    Muchas gracias :)

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